Informes recientes han puesto de manifiesto los importantes retos financieros a los que se enfrenta la unidad de negocio de Alexa de Amazon. Según el periódico The Wall Street Journal, este segmento, que abarca una variedad de dispositivos impulsados por Alexa, acumuló pérdidas que ascienden a aproximadamente 25.000 millones de dólares (23.600 millones de euros) entre 2017 y 2021. A pesar de las afirmaciones de haber vendido más de 500 millones de dispositivos Alexa, incluidos altavoces Echo y cámaras inteligentes para el hogar, la rentabilidad de estos gadgets sigue siendo esquiva.
La investigación de The Wall Street Journal revela que Amazon adoptó una visión a largo plazo para su unidad de Dispositivos, priorizando la innovación sobre la rentabilidad inmediata. Un exejecutivo señaló que no existía una “línea de tiempo de beneficios” para los productos de Alexa en el momento de su lanzamiento. La estrategia consistió en vender dispositivos a precios bajos o incluso con pérdidas para fomentar futuras generaciones de ingresos a partir del ecosistema de Alexa. Sin embargo, este enfoque no ha generado retornos financieros significativos, especialmente dado que los usuarios a menudo utilizan Alexa para servicios gratuitos, como consultar el clima, en lugar de realizar compras.
En los últimos años, los ingresos de Alexa se han visto aún más obstaculizados por la competencia en la venta de servicios de seguridad y las limitaciones en publicidad, lo que puede afectar la experiencia del usuario. A pesar de las continuas pérdidas financieras, Amazon ha seguido invirtiendo en el desarrollo de productos, con ejemplos notables como el robot consumidor Astro y dispositivos de seguimiento de salud que han tenido dificultades para alcanzar el éxito en el mercado.
Dada la persistencia de las pérdidas y los cambiantes métricas de éxito bajo el liderazgo del CEO Andy Jassy, surgen especulaciones sobre un posible cambio en el enfoque de Amazon para monetizar Alexa. Los rumores sugieren que podría estar en el horizonte una versión de pago de Alexa, reflejando la necesidad de un modelo de ingresos más sostenible a la luz de estos desafíos financieros.