Microsoft y OpenAI han anunciado recientemente modificaciones significativas en su colaboración, permitiendo a OpenAI acceder a los recursos de computación de sus competidores. Desde Microsoft, se ha comunicado que el nuevo acuerdo modifica la exclusividad de la nueva capacidad, adoptando un modelo donde la empresa de Redmond conserva un derecho de tanteo (ROFR). Este cambio permite a OpenAI desarrollar recursos de computación adicionales, principalmente orientados a la investigación y el entrenamiento de modelos.
Relación entre Microsoft y OpenAI a largo plazo
La base de su colaboración, que se extenderá hasta 2030, permanece en gran parte inalterada. Microsoft mantiene derechos exclusivos sobre las tecnologías de OpenAI para aplicaciones como la función Copilot, mientras que la API de OpenAI seguirá siendo exclusiva de la plataforma Azure. Ambas compañías continuarán con su acuerdo de reparto de ingresos, en el que Microsoft recibe el 20 por ciento de los ingresos generados por OpenAI. Este nuevo enfoque es fundamental para entender la dirección de la asociación en un contexto tecnológico en constante cambio.
La situación anterior limitaba a OpenAI a utilizar únicamente los servicios de nube de Azure para todas sus necesidades de computación. Este cambio en la estrategia se produce después de una colaboración reciente entre Arm, Microsoft, Nvidia, Oracle y OpenAI para establecer una red de centros de datos en EE. UU., denominada Starbase. Las exigencias computacionales de los modelos que OpenAI busca desarrollar requieren inversiones multimillonarias, lo que ha llevado a OpenAI a buscar nuevas alianzas que aumenten su capacidad.
En los últimos meses, hemos visto una transformación en la dinámica entre Microsoft y OpenAI, especialmente tras la breve salida del CEO de OpenAI, Sam Altman, un suceso que generó un gran revuelo. Han surgido informes que indican el incremento de las tensiones entre ambas empresas, fruto de la presión financiera que atraviesa OpenAI y las preocupaciones por la estabilidad, además de los roces entre el personal de ambas compañías.
Por otro lado, la alianza incluye una cláusula de escape poco habitual: si OpenAI logra desarrollar inteligencia artificial general (AGI), se reserva el derecho de restringir el acceso de Microsoft a ciertos modelos producidos posteriormente. La AGI, definida como un sistema capaz de generar más de 100 mil millones de dólares en beneficios, fue integrada para evitar la comercialización de una IA tan avanzada. Sin embargo, se insinúa que OpenAI podría estar considerando rescindir esta disposición, en un esfuerzo por asegurar más financiación por parte de Microsoft.